¿Cuántas veces habrás dicho esta frase delante de tu armario? Y no suele ser precisamente porque no tengas nada que ponerte. Reconócelo, en la mayoría de los casos tienes el armario hasta arriba de ropa, tanta ropa que no sabes ni lo que tienes. Después de darle mil vueltas, probarte y desesperarte porque no te ves con nada, no tienes tiempo y acabas optando por algo seguro, sin arriesgar. Apuestas por una combinación recurrente: vaqueros, camiseta, chaqueta y zapatillas… le das un toque de color con un foular, pero te lamentas de que necesitas más ropa (mientras ésta se acumula hasta desbordar por el cajón). ¿Realmente la necesitamos?
Aunque la solución más inmediata sería salir a quemar la tarjeta para renovar nuestro armario por completo, mi yo reflexivo me invita a pensármelo dos veces, no sea que vuelva a caer de nuevo en los mismos errores.
Si has experimentado esta sensación, atenta a estas recomendaciones.
Haz una limpieza de armario. Acéptalo. Cada vez que abres el armario corres el riesgo de quedar sepultada bajo una gran montaña de ropa. Las prendas se amontonan y ya no sabes ni lo que tienes. Tira todo aquello que hace más de un año que no te pones, las prendas cedidas, rotas, con pelotillas, que te sientan mal o que no son de tu talla. Mejor poco pero bonito que mucho y mediocre. Las pocas prendas que te queden en el armario te parecerán hasta mejores y puede que encuentres viejos tesoros de los que ya ni te acordabas.
Construye un buen fondo de armario. La clave está en saber comprar. Cuando vayas de compras, que el 50% de las compras sean de fondo de armario y el otro 50% prendas que te llamen la atención, que sean bonitas o de temporada. Un buen fondo de armario consiste en tener una serie de prendas básicas, que nunca pasan de moda, ya sea por colores o por cortes y que te puedes poner tanto para ir a trabajar como para ir a cenar. No se trata de tener muchas prendas si no, simplemente las justas para cada estación, de modo que nos permitan hacer combinaciones acertadas y adaptadas a nuestro estilo de vida. Además, un collar, un bolso, un foular o un zapato pueden marcar la diferencia.
No compres por impulso. Antes de nada pregúntate si lo necesitas y si te lo vas a poner. ¿Te pondrás este vestido para ir a trabajar?, ¿Irás a correr con esas zapatillas? No eres la primera que encuentra en el armario alguna prenda sin estrenar, con la etiqueta puesta, meses después de haberla comprado. Por eso, después de haber organizado el armario ya habrás detectado cuáles son las prendas que te hace falta comprar. Una lista será tu mejor herramienta. Apúntalas en tu smartphone o en tu blog de notas. Concéntrate en esas piezas cuando vayas a las tiendas y tus compras serán más efectivas.
Es importante no pensar de forma aislada en las prendas de ropa sino tener una visión de conjunto para ir creando un armario completo. Eso requiere visión, planificación y tiempo. Tener el armario ordenado y vestirte en pocos minutos es posible. ¿Cuánto tiempo crees que podrás pasar sin el síndrome del: “No tengo nada que ponerme”?
The post ¡No tengo nada que ponerme! appeared first on BFace Magazine | Revista sobre tendencias y actualidad.