Existen dos lugares en los que el periodismo se mantiene impoluto: el pasado y la ficción. Si hasta ahora los protagonistas de The newsroom eran el paradigma televisivo del periodista íntegro, audaz y comprometido con su profesión, hoy llega a nuestras pantallas La verdad, otra de esas cintas épicas que reivindican la libertad de prensa. Cate Blanchett y Robert Redford encarnan a la productora y al presentador del programa informativo 60 minutes, cuyas carreras se vieron truncadas en 2004 después de desvelar, en plena campaña de reelección, las triquiñuelas de George W. Bush para evitar la guerra de Vietnam.
Por si fuera poco, a principios del año que viene llegará Spotlight, que narra la investigación del Boston Globe que logró destapar los abusos sexuales a menores perpetrados durante décadas por los curas de Massachussets. Ambas se suman a la larga lista de grandes películas que defienden la esencia de la profesión periodística y que nos recuerdan que hubo un tiempo en que el gremio actuaba bajo los dictámenes del rigor y la imparcialidad. Auténticas lecciones de periodismo que se convierten en materia obligatoria para la nueva generación de profesionales.
1. Sostiene Pereira, informar bajo la amenaza fascista
El italiano Antonio Tabucchi retrata en la novela Sostiene Pereira al perfecto periodista veterano, el encargado de una sección de cultura en un periódico de la Lisboa de los años 30 que mira la actualidad con la distancia que le permiten los años de completa dedicación. Hasta que un joven aprendiz, a través de sus críticos artículos, lo enfrenta a la realidad totalitaria del régimen salazarista mientras el fascismo comienza a expandirse por Europa. Es consciente entonces de la intimidación a la que es sometida la prensa por parte de la dictadura y decide actuar en consecuencia. La adaptación cinematográfica cuenta con la mejor encarnación de Pereira posible, Marcello Mastroianni.
2. Buenas noches, y buena suerte, contra los abusos del poder político
Ahora que la censura y la propaganda se dan la mano en los informativos de TVE conviene reivindicar más que nunca esta cinta, la segunda dirigida por George Clooney, en la que se plasma la tenacidad del legendario periodista Edward R. Murrow y su equipo de informativos de la CBS contra la caza de brujas del senador McCarthy y su Comité de Actividades Antiamericanas. Con un estilo sobrio y elegante, mezclando material rodado con documental, Clooney destaca la figura del hombre que con sus discursos en los años 50 ayudó a dignificar el papel de la televisión como altavoz de la democracia y de la libertad de expresión, libre de injerencias políticas y económicas. Hoy, 60 años más tarde, parece que sus lecciones no han servido de mucho.
3. Todos los hombres del presidente, el paradigma de la investigación
Hubo un tiempo en el que los casos de corrupción política se destapaban por medio de la investigación periodística y no de filtraciones más o menos interesadas. La hazaña de los periodistas del The Washington Post Carl Bernstein y Bob Woodward, desgranada meticulosamente en el filme protagonizado por Dustin Hoffman y Robert Redford, sigue siendo el paradigma del denominado cuarto poder: logró derrocar al mismísimo presidente de los Estados Unidos tras desvelar la red de espionaje del equipo de Nixon en torno al partido demócrata. Sin el esfuerzo y la perseverancia de estos dos profesionales, el caso Watergate no sería historia.
4. El desafío: Frost contra Nixon, la entrevista en mayúsculas
Hay que reivindicar el mérito de Ron Howard. Su capacidad para convertir los entresijos de una de las entrevistas más impactantes de la historia del periodismo en un vibrante relato que no da tregua al espectador es tan encomiable como el tour de force entre James Hunt y Niki Lauda que recreó en Rush. Máxima tensión para una escalada dialéctica dividida en una serie de cuatro entrevistas y que terminó con la admisión de culpabilidad del expresidente Nixon. La osadía de un inexperto periodista –fantástico Michael Sheen- ante un esquivo Nixon –impoluto Frank Langella, como siempre- desencadenó en un apoteósico enfrentamiento verbal. Por algo sigue siendo uno de los programas informativos con más audiencia de la historia de la televisión estadounidense.
5. Los gritos del silencio, el periodismo en tiempos de guerra
Son los auténticos héroes de la profesión, los que arriesgan su vida en conflictos armados para informar sobre el terreno, dando voz a las víctimas lejos de la maquinaria propagandística de las partes implicadas. Los gritos del silencio narra la amistad entre un corresponsal del The New York Times en Camboya y un nativo que le sirve de intérprete en pleno régimen de los Jemeres Rojos. Este debut de Roland Joffé se estrenaba un año después de El año que vivimos peligrosamente, otra cinta bélica con protagonismo para un periodista pero ambientada en la Indonesia de los años 60 y aderezada con trama romántica. La figura del corresponsal de guerra ya constituye, de hecho, un apasionante subgénero cinematográfico.
6. Historia de un crimen, Capote y la novela de no ficción
A sangre fría inauguró un nuevo género literario, el que unía la narrativa convencional con el reportaje periodístico en profundidad. Su autor, el periodista Truman Capote, no sólo consolidó la llamada novela de no ficción sino que creó una de las obras más importantes de la literatura universal. Lo hizo dedicando todo su empeño a entender por qué dos delincuentes asesinaron brutalmente a una idílica familia estadounidense. Su entrega fue tal que incluso llegó a enamorarse de uno de ellos durante sus conversaciones en el corredor de la muerte. Historia de un crimen explica el proceso de creación de esta absorbente y meticulosa novela, demostrando que tan adictiva como la trama lo fue también su preparación. La película se estrenó meses después de otra versión mucho más mediática, Capote, con la dirección de Bennett Miller (Foxcatcher) y la presencia de Philip Seymour Hoffman como cabeza de cartel.
7. El dilema, David contra el Goliat económico
Cuestionar a la gran industria sigue siendo el mayor talón de Aquiles de los medios de comunicación, cuya subsistencia depende en buena parte de los ingresos publicitarios. El dilema, de Michael Mann, nos sitúa nuevamente en otra cruzada del programa 60 Minutes de la CBS, esta vez en 1995. Su productor por aquél entonces, Lowell Bergman (interpretado por Al Pacino) arriesgó su carrera al invitar al programa al científico que desveló las sustancias introducidas por las tabacaleras para crear más adicción a los fumadores. Su batalla contra la poderosa Brown & Williamson lo enfrentó al propietario de la CBS, también directivo de una empresa de tabaco, que se negó a emitir la entrevista. Finalmente, Bergman tuvo que recurrir al The New York Times para revelar su investigación. Comparada con Todos los hombres del presidente, el propio productor reconoció que mientras en aquella los reporteros son considerados como héroes, en este caso, enfrentándose a una multinacional, salieron por la puerta de atrás.
8. Gomorra, bajo la amenaza de las mafias
Vive con un escolta permanente. La minuciosa descripción que realizó Roberto Saviano sobre los tentáculos de la Camorra italiana lo llevó a lo más alto del periodismo de investigación pero también lo condenó a una vida bajo la amenaza constante del crimen organizado. La adaptación cinematográfica de su libro Gomorra puede que no sea magistral, pero sí simboliza el compromiso de este joven napolitano con la verdad más oculta e impenetrable. Su sacrificio ha merecido la pena: la versión televisiva ha supuesto un éxito sin paliativos para la televisión italiana.
9. Nothing but the truth, el compromiso con las fuentes
Condenado injustamente al DVD, este thriller protagonizado por Kate Beckinsale se inspira en la historia real de Judith Miller, una periodista del The New York Times encarcelada por negarse a revelar las fuentes que le filtraron la identidad de una agente de la CIA ante un tribunal federal. La periodista se enfrentó a un delito de traición acogiéndose al principio de confidencialidad, postura que en la ficción no sólo la encara contra el periódico que acogió la noticia sino que también la aleja de su propia familia. Preestrenada en el Festival de Toronto y a pesar de sus excelentes críticas, los problemas económicos de la distribuidora impidieron su estreno en cines.
10. Citizenfour, el nuevo periodismo
El último exponente de cine comprometido con la profesión periodística nos llega en forma de documental y en torno a la figura de los nuevos héroes de la transparencia y de la verdad. Ya no son los periodistas, convertidos en meros reproductores, sino los filtradores. La era que inauguró Julian Assange con WikiLeaks se consolidó con este exagente de la CIA y de la NSA tras sacar a la luz los documentos clasificados que certificaban la existencia de un programa de vigilancia masiva estadounidense. El calvario que ha sufrido y que sigue sufriendo este informático se detalla en Citizenfour, Oscar al mejor documental en 2014, con tintes del mejor thriller paranoico y de espías. Lástima que no sea ficción. Es realidad.
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