Aunque pensemos lo contrario, no está todo inventando. Hace unos años surgió aquello del Blue Monday y a mí, personalmente, me la colaron. El día más triste del año, sin más. Cliff Arnall, profesor en el Centre for Lifelong Learnin de la Universidad de Cardiff quiso poner marca al lunes más triste ever. El estudio que debió de quedarse en un artículo de El Mundo Today se extendió. El invento se ha convertido en un nuevo movimiento en el que acabar gastándonos las perras y el aguinaldo navideño (si es que lo tenéis).
Para combatir esta patraña consumista, estoy aquí. He querido traer algunos momentos del mundo indie que fueron mucho más tristes. Pero, tranquilos, que además del drama que me caracteriza, también traigo armas musicales para combatir los llantos y las penas.
Separaciones, c´est fini
Seguro que recordáis la separación o disolución (como se le llama ahora) de alguno de vuestros grupos prefes. ¿Hay mayor tristeza que el fin de Standstill? Ya os lo digo yo: NO. Por si fuera poco, algunos de sus fans fans suelen destacar por ser blanditos e intensos; sí, como yo. Pero a la pena imborrable de que el camino de Standstill termine, podemos darle la medicina que ellos mismos nos regalaron en su despedida. Estaría Muy Bien es, para los que amamos a la banda, el regalo perfecto para decir adiós, o hasta luego, que soñar sigue siendo gratis.
CANCELADO
Después, de manera más superficial, están las típicas cancelaciones de gira, de concierto, de cabeza de cartel en un festival. A veces por motivos de respeto, como Foo Fighters. Tras el atentado de Bataclán cancelaron sus conciertos en París y Barcelona. Otros por enfermedad de algún miembro de la banda o por falta de entradas vendidas (sí, es así). Algunos son menos sonados, pasan más desapercibidos, pero, claro, si el Primavera Sound descuelga de su cartel a Band of Horses puede darte un parraque más que momentáneo. La verdad es que no recuerdo ni el motivo… Sólo que, desde entonces, todavía no he podido verlos. Siempre me quedarán los vinilos, YouTube, incluso Spotify.
Pérdidas, de las reales
Después está cuando se van de verdad. Cuando nos dejan con o sin previo aviso. Después de un 2016 que se ha llevado a tantas voces y genios, esperamos que 2017 no sea tan trágico este sentido. Nos queda el consuelo de que no se irán para siempre. Por muchos Blue Mondays que se nos acumulen, ellos no fallarán. Y si alguna de estas pérdidas me encogerá el pecho, aunque pase el tiempo, son las de Amy Winehouse y David Bowie. Memorables lágrimas en el closing del PS16 con Dj Coco en el escenario Rayban, y lágrimas futuras en el concierto que este 2017 dará Seu Jorge en el festival barcelonés. La banda sonora de “The Life Aquatic”, en la cual se incluye Life on Mars.
Ya no son lo que eran
Otra de esas que te duelen, aunque no tanto como las anteriores, es cuando tu banda favorita se vende, cuando simplemente cambio o cuando “ya no es lo que era“. Obviamente, el derecho a su transformación o no es de ellos mismos, eso faltaba. Pero seguro que alguna vez habéis sentido esa traición. Pongo la mano en el fuego a que no os ha molado nada. Como el eterno deseo con que The Killers vuelvan a tener un disco como “Hot Fuss”, pero ni tú ni Brandon Flowers vais a volver a 2005, por ahora. Después está lo de Polock, y tus ganas porque no intenten sonar como Phoenix. Pero tú no vas a tomar sus decisiones, aunque ellos a veces pongan el ritmo a las tuyas.
Por estas y otras cosas más yo grito un QUE LE FUCK AL BLUE MONDAY. Demasiadas hecatombes protagonizamos a lo largo del año, para que a otra más le pongan fecha. NO olvides tu manual del buen indie pegado al pecho. En él, tan sólo puede existir un Blue Monday, y obviamente, sabéis de que hablo. Que seáis muy felices, lunes, martes o domingo de resaca.
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