Mirillas, puertas, rellanos y un ascensor. Seguro que te has sentido identificado con esto. De hecho estoy por jugarme la mano y decirte – sin ser yo vidente – que has pensado en tu edificio. Puede que no tengas ascensor y cada día te toque subir cinco pisos a pie, pero piensa que es bueno para la salud y para tus queridos glúteos. No vengo a hablaros de la gimnasia, ni mucho menos de la arquitectura de tu comunidad, hoy os escribo acerca de esas criaturillas con las que compartes edificio, aquellos bichos que hacen ruido por las noches y que sacan la basura antes que tú. Con todos ustedes: ¡Los vecinos!
No seas iluso, sabes de sobra que toda tu comunidad es distinta. Hay vecinos malos, muy malos e incluso muy, muy malos pero buenos seguro que no. Os vengo a resumir la fauna que te rodea, los cinco tipos que más me han sorprendido y a los que he podido sobrevivir. ¡Agarraos que nos adentramos en un mundo bastante peligroso!
EL SECUESTRADOR DEL ASCENSOR
Parece un vecino indefenso. Puede que sea aquella vecina que cocina tartas de manzana por las tardes, pero siempre en tu comunidad habrá el secuestrador del ascensor. Es normal que te plantees que tu vecino vive dentro de este cacharro. Eso sí, por mucho que intentes plantearte qué hace con su vida y adónde va, no tendrás respuesta alguna. Puede que tenga un/a amante, que sea del FBI y tenga misiones especiales cada dos por tres o, en el caso de la vecina y sus tartas, que vaya a comprar manzanas.
¡MIRILLAS FUERA!
Aunque nunca hayas visto al vecino que tienes delante de tu mismo rellano, estate tranquilo porque él sabe todo de ti. Podría ser el argumento de una película de Balagueró pero es tu vida real. Si dramatizamos la situación, puede que incluso tenga Síndrome de Diógenes. Sin finalidad alguna, tu vecino se acerca lentamente a la mirilla – la abre en caso de que sea antigua – y se va apuntando en su libretita la hora a la que sales, la hora en la que vuelves, si tienes un amante o si sales a comprar manzanas.
EL DE LA BROCA
Querido, sabes de sobra que este es tu vecino favorito. No me refiero a la vecina o el vecino sexy, eso es solo una utopía. Te hablo del que hace ruido de madrugada. Ruidos extraños que intentas descifrar pero desconoces qué pueden ser. Normalmente cuelga cuadros a las siete de la mañana de un sábado, arrastra muebles a la hora de la siesta y taladra maderas a las doce de la noche. Puede que sea el vasco de Bricomanía. Puede.
FRANK DE LA JUNGLA
Si hace un momento te hablaba de Bricomanía, no nos vayamos de la televisión porque seguro que Frank de la Jungla viva en tu comunidad. Siempre existe ese vecino que tiene un jardín botánico en su balcón – entre las especies más destacadas sobresalen las plantas carnívoras, los cactus y la marihuana – y un zoológico en su casa. Perros, gatos, peces, ornitorrincos, unicornios, loros y una larga lista de animales lo acompañan cada día como si fuera Blancanieves (No confundir con la vieja de los gatos).
EL QUE SIEMPRE SALUDABA
No puedo despedir este artículo sin mencionar al vecino que asesina a toda su familia pero que siempre saludaba. Es un espécimen aparentemente normal pero del que no te has de fiar en ningún momento. Al final puede ser que un mismo vecino sea todos los demás tipos. Es decir, la señora que cocina tartas de manzana y que tiene un zoológico en casa, hace ruidos por la noche porque arrastra los cadáveres que ha asesinado. Por eso, cada dos por tres está pegada a la mirilla porque baja por el ascensor a los muertos que ha matado. Ya lo dicen, como en casa, en ningún sitio.
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