El otoño me sienta fatal y sé que hay mucha gente ahí afuera que comparte conmigo este sentimiento. Bajan las temperaturas, los días son más cortos, llueve más de la cuenta,… ¡Depresión máxima! Pero no quiero ponerme triste ni quiero que lo estén las personas que son como yo, por eso hoy desde BFace me he propuesto levantar el ánimo de todos, afectados por el otoño o no, subir la temperatura de nuestros ordenadores, dispositivos móviles y de nuestros cuerpos, y que juntos entremos en calor. ¿Y cómo se puede conseguir eso desde la sección Cine? La respuesta es obvia: hablando de películas. Pero no de películas cualquiera, si no de películas románticas. Y no de películas románticas edulcoradas, si no de películas románticas cuyos directores rompieron la barrera del ‘para todos los públicos’, superaron de largo el erotismo, y consquistaron el terreno del porno.
Disfrutemos juntos y convirtamos este frío día de noviembre en el más caluroso del mes.
-9 Songs-
Michael Winterbottom jugó a combinar música y sexo explícito para hablarnos del día a día de una pareja y narrativamente le salió un tanto desigual. La película se rodó en video digital y sin guión, cosa que se nota bastante, pero nos da igual. ¡Hoy estamos aquí para hablar de porno! Las escenas de sexo están tan perfectamente rodadas que podrían calentar hasta al espectador más mojigato. El misionero, cunnilingus, masturbación, en la bañera, en el sofá, en la cama… Un auténtico festival erótico que merece la pena tener en cuenta.
-La vida de Adèle-
Vas por la calle tan tranquila, de repente te fijas en alguien y ese alguien se fija en ti. Cruce de miradas y… ¡zas! Nace el amor y el sexo. Esta es la historia de Emma y Adèle, las lesbianas contorsionistas de Abdellatif Kechiche, que se pasan un buen rato comiéndose la una a la otra (literamente) de una manera tan intensa y pasional que no dejan nada para la imaginación. Aunque hubiera sido necesario incorporar a una guionista bien documentada sobre cómo es realmente el sexo entre mujeres, la película vale la pena por la descarga de hambre carnal y la desinhibición de las dos actrices.
-Shortbus-
Aunque no hay una historia de amor de base, si no que son varios personajes con sus problemas sentimentales y/o sexuales, Shortbus es una de las películas no pornográficas con más sexo explícito de la historia del cine. Dirigida por John Cameron Mitchel, autor de Hedwig and the Andry Inch, en Shortbus (un cabaré clandestino de Nueva York) se pueden ver tríos gays, orgías, un practicante de yoga tratando de eyacular en su propia boca o una dominadora sexual instruyendo a una terapeuta sexual que nunca ha tenido un orgasmo. Todo es real. Sexo puro. Mucho porno.
-Lucía y el sexo-
Como su título indica, en el quinto film de Julio Medem hay mucho sexo. Tristán Ulloa con Najwa Nimri en la playa. Tristán Ulloa con Paz Vega pasándoselo bien en el suelo y en la cama. Elena Anaya masturbándose solita en un sofá. Aunque muchas de las escenas sexuales invitan más a imaginar que a recrearse con la vista, merece la pena destacar el momento del jueguecito entre Ulloa y Vega tratando de adivinar sus partes del cuerpo con los ojos tapados y valiéndose solo de la lengua. No solo es muy caliente. ¡Querrás hacerlo tú también!
-Anticristo-
Una pareja en plena crisis matrimonial se retira a una cabaña en el bosque con la esperanza de que el contacto con la naturaleza cambie las cosas y cure sus corazones. Pero lejos de mejorar su relación, protagonizarán un descenso a los infiernos en una historia llena de sexo y violencia. El polémico Lars von Trier incorporó numerosas escenas de alto contenido erótico en el film, aunque solo en la escena de apertura hay sexo real, y aunque Willem Dafoe y Charlotte Gainsbourg se dejaron la piel durante el rodaje, en esa escena fueron necesarios dobles de cuerpo. ¡El cine de von Trier siempre es puro vicio y perversión sexual!
-Monster’s Ball-
Billy Bob Thornton y Halle Berry interpretan a dos personas rotas por los golpes que les ha dado la vida y que se conocen cuando más se necesitan. ‘Hazme sentir bien’ le dice ella a él en uno de los momentos más intensos del film, y aquí arranca una escena de sexo con hambre animal. Cuatro minutos de sexo físico sin remilgos, sin sonrisitas cómplices ni músicas pastelosas. Simplemente, y como cantaría La Pelopony, ‘prepárate a sentir’.
-Habitación en Roma-
Tras Lucia y el Sexo, Medem no quiso abandonar la senda del erotismo y decidió hacer una versión española de la chilena En la cama, pero con algunas modificaciones: substituyó a la pareja heterosexual por una homosexual y la instaló en la habitación de un hotel en Roma, dando lugar a Habitación en Roma. En ella, Elena Anaya (¡brava!) y Natasha Yarovenko dan rienda suelta a su amor y se pasan toda la película desnuditas y queriéndose mucho. Un imperdible para entrar en calor sin necesidad de abrigarse o encender la calefacción.
-Team America: la Policia del Mundo-
Tray Parker utiliza las marionetas de forma magistral en esta delirante y gamberra película sobre una organización reconocida internacionalmente cuya misión es salvar al mundo y mantener la estabilidad mundial. El Team America está formado por Gary Johnston, una prometedora estrella de Broadway fichada para infiltrarse de incógnito en una banda terrorista, Spotswoode, el líder del grupo, y el resto de miembros, Chris, Sarah, Lisa y Joe. A parte de las desternillantes misiones en las que se ven envueltos los muñequitos, a la película no le falta la trama romántica ni sexual. Dos de sus títeres se gustan, se enamoran y tienen su momento de sexo y pasión en una escena en la que le pegan un respaso al kamasutra que no tiene ningún desperdicio. Sexo real entre marionetas.
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