Quantcast
Channel: BFace Magazine | Revista sobre tendencias y actualidad
Viewing all articles
Browse latest Browse all 1625

Mamá, papá: soy talifán

$
0
0

Tú imagínate; una vida de esfuerzo y dedicación, de partirte pecho y espalda, sudar, sacar de donde no hay para poner un plato sobre tu mesa. Has decidido (o se ha dado la casualidad) formar una familia, te desvives criando un pequeño tú que heredará el mundo que estás cultivando. Tanto sufrimiento, tantos llantos y tantos “niño, acábate la merluza” para que, de repente, un día cualquiera, estando tú tranquilito mirando Qué Tiempo Tan Feliz, te diga aquello de “mamá, papá; soy talifán”.

Claro, tú te asustas. Se te para el corazón. “¿Qué dirá la gente? ¿Cómo se lo digo a sus abuelos?”. Te asaltan multitud de preguntas. En realidad, al crío le has acabado cogiendo cariño después de tantos años doblándole los calzoncillos, y te apena que lo vaya a pasar mal, que le ataquen por ser quién es. “Esto es tu culpa, Elena, por ponerle los casés de los Baquestrit Boys cuando íbamos al Pryca”.

Pero que no cunda el pánico, amigos. Es algo que ha existido siempre, desde tiempos inmemoriales, ¿u os creéis que San Judas Tadeo no tuvo que decirle a sus viejos que ahora se juntaba con once chicos que seguían a un muchacho barbudito con aversión a las camisetas? Pues imagínate su padre, el disgusto.

Si eres un joven adolescente que te has armado de valor para decirle a tus padres que te has comprado el CD de las Little Mix no porque estén “mazo buenas”, sino porque lo das todo con Black Magic, pásale este artículo a tus padres para que te comprendan mejor. Y si eres un padre cuyo hijo se acaba de declarar directioner, primero respira. No estás solo. Este artículo es para ti.


Ante todo, es importante que tu hijo sepa que le quieres. Comprar merchandising de 5 Seconds of Summer sin que te enteres es algo difícil -y gestionar el dinero para ir a todos los conciertos posibles, una ardua tarea que se debería alabar. Lo mismo el niño te sale gestor-.

1. Habla con él

El niño ha sufrido una barbaridad, tú piensa en lo que debe ser tener tanta confusión dentro de ti. Sobre todo, sácate la cabeza del culo y acuérdate en todo momento que 1) no es un problema y 2) no tiene nada que ver contigo. Esto va sobre tu hijo, y lo que importa es que se sienta querido, escuchado y valorado. Y que llorar tres semanas porque aún no ha superado que Rocío se fuera de las Sweet California es algo normal; no le juzgues.

 

2. Respeta que tu hijo es así

Olvídate de intentar que tu hijo sea un reflejo de tus frustraciones o sueños truncados. Es una persona, con sus sentimientos, sus inquietudes, y su factura telefónica infinita. Nos parece maravilloso que tú te hayas criado con Nirvana y los Red Hot Chilli Peppers, y que para ti eso sea música de verdad™, pero si al niño le gusta Lady Gaga, pues le gusta Lady Gaga y punto. Préstale un vinilo tú y que él te deje “The Fame Monster”, que lo vas a flipar.

 

3. Intenta interesarte por sus gustos

No te estamos diciendo que tampoco te nos vuelvas talifán de Auryn y te los pongas de fondo de pantalla en el trabajo, pero un poquito de interés hará que tengas algo en común con tu hijo, que aumente la comunicación, y que sepa que te puede hablar de Larry, o de la conspiración sobre si el hijo de Louis Tomlinson existe o no, y tú decirle lo mucho que echas de menos a las Sábadas.

 

4. Normaliza la situación

Deja de avergonzarte de los pósters de Zayn, o de ponerte nervioso si tu hija se presenta a la cena de fin de año con una camiseta de Amelie. No hay ningún problema, y no tienes por qué imaginarte uno. Y si tu tía de Cuenca tiene un problema con “las pintas que lleva la niña”, le recuerdas tú que qué tal su tercer marido.

 

5. Calma tus pechos, amigo

En serio. Los dramas, por la tarde en La 1. Recuerda que los estereotipos asociados a los talifanes no tienen por qué ser ciertos, y si lo son, ¿y qué? Si a tu hijo le gusta hacer twerk bailando Work From Home, ¿qué problema hay? ¿A quién hace daño? Replantéate tus prejuicios, en caso de tenerlos, y encáuzalos en darte cuenta que, si eso, el problema lo tienes tú.

 

6. Educa a tu entorno

Si te encuentras en situaciones en las que se hacen comentarios despectivos, aunque sea tú tomándote unas cañas y alguien diciendo “lo pasivas que son los Little Monsters”, aprovecha para decir “acho, hmm, no te cueles”. Si queremos dejarles un mundo mejor a nuestros hijos, empecemos por poner nosotros los cimientos. Que venimos de una sociedad muy prejuiciosa y juzgante, pero podemos empezar. La felicidad de tu hijo está por encima de que tu amigo “el Guille” entienda que sus bromas no hacen gracia y huelen a Brummel y a Bertín Osborne.

 

7. No te rías

Puede que todo sea una fase. Puede que no. Puede que de aquí cincuenta años sigan yendo a conciertos de Halsey. Como si de aquí cincuenta años Halsey fuera a seguir teniendo una carrera. Pero no es tu sitio para opinar, minimizar, o siquiera aportar nada. Es normal, sobre todo, que en la adolescencia los cantantes sean una influencia enorme y que les vaya la vida en ello. Como a ti se te fue la vida decidiendo con qué Pokemon empezar, o llegar a las manos con tu amiga Julia porque queríais ser las dos Baby Spice.


Y punto. No parece tan difícil, ¿verdad? Es como si se tratara sólo de respetar y aceptar al otro, y dejar de pensar que tu rabo es el más grande. Bébete una agüita, y deja de tomarte la vida tan en serio, que suficientemente dura es.

¿Ves que tu hijo podría ser talifán? ¿Que está comprando muchos pósters? ¿Que se está dejando el pelo como Harry Styles? Plantéaselo de forma sutil, déjale caer pistas de que no pasa nada, y que está bien. Que puede confiar en ti. Si luego resulta que es que sólo le daba pereza cortarse el pelo, pues mira. Como mínimo habrás entendido que he was born this way, baby.

The post Mamá, papá: soy talifán appeared first on BFace Magazine | Revista sobre tendencias y actualidad.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 1625

Trending Articles