¿Cómo es ese momento en el que saludas a alguien por primera vez?
Solo son unos pequeños segundos que intercambias con esa persona, con la que simplemente has cruzado un “hola, ¿qué tal?”, y ya te dispones a darle dos besos. Por educación y porque siempre lo hemos hecho, ¿no?
Bien, si te das cuentas, estos microsegundos de un simple saludo se convierten en el inicio de una relación con la otra persona y, por cierto, son bien distintos en diferentes partes del mundo.
Por regla general, los segundos previos a iniciar una presentación o conversación tienen una esencia muy importante según la forma de saludar que intercambiéis. Y en cierto modo, si no la cumples correctamente puedes provocar situaciones muy incómodas, sobre todo, en casos con personas de otros países.
¿Quién no ha ido a darle dos besos super entusiasmada a un alemán bien estirado alguna vez?
Su cara de poker y tú: “Sí, en España son dos besos” marcarán esa relación, para mal o para bien…
De ahí esa fogosidad que desprendemos los españoles.
Pero, pese a los hábitos de saludos internacionales entre unos países y otros, en BFace hemos descubierto que los hombres y las mujeres, de forma general, nos sentimos cómodos, muy cómodos o súper incómodos dependiendo de esos saludos, la proximidad de nuestro acompañante e incluso nuestro feeling con otras personas, según las partes que toquen de nuestro cuerpo. Y no sólo hablamos del momento del saludo.
Explico. Ese momento de: “Por favor, que no pase su brazo por encima de mis hombros, que no pase su brazo por mis homb…no, no, no.” Cuando estás con ese chico que acabas de conocer que sí, pero no…
- O, ¿cómo te sientes si tienes el típico jefe que al hablarte te toca un brazo o la mano?
- ¿Cómo te sientes, en cambio, si es tu mejor amiga la que lo hace?
- ¿Y si tu colega te toca la cara?
Esto, a priori, parecen preguntas sencillas y con respuestas obvias en muchos casos. La solución matemática es esta:
A más confianza, mayor grado de tocamiento.
Según la Universidad de Oxford, se ha observado (hasta en 1.500 casos distintos) que el comportamiento de hombres y mujeres es bien distinto según esos roces con unas personas u otras. Y varía según sea el sexo de ese otro.
¿Qué sexo se siente más cómodo si es un extraño el que le toca?
¿Nos importa que nos toquen la cara? ¿Qué parte y quién?
Con respecto a los desconocidos, y sin que haya una botella de Jäger de por medio, los hombres indicaron que se sentían más receptivos si les tocaba una mujer extraña cualquier parte de su cuerpo, incluso sus genitales.
En comparación con las mujeres, que la mayoría de ellas, aseguraban que solo permitirían que les tocaran las manos.
Si ponemos esa botella de por medio, entonces las reglas del juego posiblemente cambien y no sabremos el desenlace. Bueno sí, sí lo sabemos.
Robin Dunbar, profesor de psicología de la Universidad de Oxford, asegura que pese a que vivimos en una sociedad burbuja, donde cada individuo se mueve de forma individual, la importancia de esos feelings o mejor dicho: tocamientos, crece por necesidad social: “es como un mecanismo primitivo para crear relaciones de amistad tan importantes para todos, en este mundo tan individual”.
Tú también mides esos acercamientos de forma inconsciente. Y dependerá de cada uno sentirse más cómoda, con quién y en qué momento.
Yo solo os puedo decir que sí, que os toquéis y que rompáis esas barreras que a veces nos ponemos nosotros solos. El contacto con las otras personas nos hace tener relaciones más sinceras. Así que, déjate querer algo más y ¡que viva el tocamiento!
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