Seguramente lo habéis notado; la semana pasada íbais por la calle con una rebequita ligerita, incluso en el transporte público seguías sudando más que los señores de Tidal y, de repente, ahora parece que estamos flotando en lo alto de una puerta en pleno atlántico dejando hundir a Leonardo DiCaprio. ¿Y quién es la culpable?
ELLA.
Ya nos avisó: “Hello, it’s me”, pero no estábamos preparados para lo que nos venía encima. El huracán Adele ha venido para arrasar allá por dónde pasa; records rotos, números estratosféricos, actuaciones icónicas y, sobre todo, un disco para desgarrarnos emocionalmente, puesto que, si algo sabe la británica, es escribir cosas que nos han pasado a todos. Adele es la hermana mayor que te lee tu diario y se pasa el día lanzándote indirectas y puñaladas escondidas tras glamour, pelazo y garras acrílicas. Adele es MALA, pero es la mejor en ello y sólo puedes que quererla.
¿Y qué podemos hacer ante el huracán Adele?
1. No intentes escapar

Es en vano. El mecanismo detrás del huracán Adele lo hace inevitable, como el paso del tiempo, la gente lenta en la acera, o Arturo Valls. Las cabecitas detrás de nuestra querida Adela eran conscientes que, después de lo que supuso “21”, era el momento de poner las cartas sobre la mesa, e ir a por el tan temido “tercer disco” con todas sus armas.
Pasó algo parecido con esa lección de marketing que supuso el “Beyoncé” de la hermana de Solange; volver tras un largo silencio dejando pequeñas semillitas para abrir el apetito de tu vuelta, y hacerlo elevándote de estrella del pop a auténtico icono contemporáneo. Un álbum atemporal que dejará huella en el tejido del tiempo (endevé, qué bien hablo), y con el que nuestros nietos llorarán por la siguiente razón.
2. Evita leer demasiado las letras

Como ya hemos comentado, Adele tiene la capacidad de que cada frase que escribe de para una indirecta en tu estado del WhatsApp o para removerte recuerdos y flashbacks como si un capítulo cualquiera de How To Get Away With Murder se tratase. “¡Eso me ha pasado a mí!”. O puede que no. Adele es capaz de escribirte: “¿Te acuerdas de cuando te conté que estaba embarazada mientras desayunábamos tostadas con mantequilla y mermelada de arándanos?” y tú sentirte totalmente identificado. “Tal cual, tía, tal cual”. Así que, por tu bien, evita buscar lyrics en Google y si no tienes el First, siéntete afortunado.
3. Invierte en uñas postizas

4. Emigra al exilio
O si las uñas no van contigo porque tienes una adicción al móvil o simplemente sufres de picores, la solución está en coger el vuelo más cercano al sitio más recóndito del planeta y huir. Una playa desierta en la que escapar del frío, broncearte, hacer una dieta Supervivientes exprés mientras te entretienes pescando o charlando con una pelota de volei llamada Wilson y te haces un vestuario a partir de cocos llamados Coco Enzo y Coco Playa. Lo malo es que va a tener que ser sin wi-fi, así que tú decides: vivir o morir con Adele.
5. Evita sacar música
En serio. Evítalo. No tienes nada que hacer. Arianas, Justin, One Directions, quienes seáis, habéis tenido todo el año para sacar canciones y ante el huracán Adele tan sólo sois simples arbustos. Es cuqui, es adorable, la intención es importante, pero se veía venir. Esto va especialmente para nuestra amiga Rihanna, la RiRi, que después de tocarse el Barbados a dos manos durante diez temporadas de Amar en Tiempos Revueltos, de repente se ha acordado de su carrera y saca disco el viernes. Sabemos que noviembre es tu mes, amiga, pero ¿AHORA? Te deseamos toda la suerte del mundo en todos tus proyectos.
6. Olvídate de cualquier récord o premio que puedas tener
Era también de esperar, pero Adela está rompiendo todos los récords habidos y por haber, el último siendo el disco vendido más rápido en una semana, con la escalofriante cifra de 2.4 millones de álbumes en apenas 3 días. Y es curioso, porque tampoco es que hubiera una deshidratación exagerada esperando música nueva suya, pero Adela es artista de la familia, para ti, para tu vecino, para los altos, para los bajos. Es el mejor regalo que puedes hacer, la joyita de tu FNAC más cercano, Adele somos todos. Adele es lo que Rosa de España pudo haber aspirado a ser si no le hubiera dado por cardarse el pelo.
7. Compra provisiones

Cuando te compres el disco dedícate un momento a ti mismo. Sé consciente de que no vas a salir de un estado de trance emocional de máxima sensibilidad durante un tiempo ilimitado, así que es mejor que te pongas cómodo en tus aposentos de confianza, mejor en una posición que no te haga sentir en el Exorcismo de Emily Rose y, sobre todo, con comida cerca. Porque nadie sabe por qué, pero sentir mucho da hambre.
8. Contacta con tu familia
Otro de los poderes que tiene el huracán Adela es funcionar como una Rocío Sánchez-Paúl de la naturaleza y ser capaz de solucionar cualquier conflicto familiar con solo un gruñido. ¿Tienes problemas con tus seres cercanos? ¿Hay mala relación? ¿Tienes un hermano con una extraña afición a romper puertas? ¿Tu padre sólo te habla para decirte que salgas de enfrente de la tele? ¿No soportas a tus primos del extrarradio apasionados del flamenco y fans de Camarón a pesar de que son naturales de Girona? ¿Harto de que te pregunten por “la novia” en comidas familiares? Durante mucho tiempo vivimos el infierno de vivir en un mundo con Meghan Trainor y Rita Ora, caímos en lo más hondo, pero luchamos por salir adelante. Ahora “25” ayuda a conflictos familiares, es nuestro Hermano Mayor.
9. Perdona a todos tus exes y perdona sus ofensas
Adela tenía claro que no quería repetir “21”; no quería estancarse en ser una artista vengativa odiaexes y que sólo se la conociera por ello, y este es un tema recurrente en “25”; “el perdón” ft. Enrique Iglesias. Ya en Hello era el hilo argumental principal, así que aprovechemos la situación para seguir adelante con nuestras vidas, dejando el pasado atrás haciendo un ejercicio de perdonar a esos imbéciles que te rompieron el corazón. Porque sí, porque no es bueno vivir con redecillas rencillas, sólo hacen que causarte malestar, acidez, hinchazón, retención de líquidos, incomodidad cuando de repente te aparece un tweet suyo en tu timeline o, simplemente, gases. No es sano, y ya somos todos grandecitos como para pasar página y crecer. Ni siquiera has de pedirles perdón literalmente, puede ser algo interiorizado, como cuando ves a alguien con Crocs y recuerdas que has de respetar a todo el mundo.
Siempre y cuando sean cosas perdonables, claro está, que hasta Adele es humana, a pesar de que la perfección de su eyeliner diga lo contrario.
10. Asume que Adele es maravillosa

11. Cuando vuelvas a casa un día sin llaves toca al timbre
Tu madre: “¿Quién es?”
Tú: “Hello… it’s me”
Tu madre: “Sube”
(Puede ser tu madre o no, es un método eficaz para que te abran en cualquier piso. No nos hacemos responsables de qué hacéis con esta información).
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