Malú es una de esas mujeres a las que quieres ponerle un piso en la playa aun sin conocerla. Lo mismo te monta un equipo de churumbeles cantaores que te hace un anuncio de Navidad; y claro, nos duele la mano de apretar el pulsador para que se venga a nuestro equipo.
Ahora que comienzan las operaciones salida y retorno, los viajes con coche compartido con desconocidos y las horas muertas en las puertas de embarque nos damos cuenta de lo importante que es elegir bien a tu copiloto, un valor seguro que te de apoyo moral cuando las cosas se tuerzan y que te diga: “Sé fuerte, Luis”.
Te damos 10 motivos para elegir a Malú de compañera de viaje.
1. Lleva todo lo que se te olvida a ti. Malsupones que allá donde vas tendrán champú, toallas o un chino cerca ‘a las malas’.
2. Se ha pasado el tetris cuatro veces, así que tu maletero es pan chupado para ella.
3. Compra picoteo para el viaje. Antes de salir piensas que has comido los suficientes cochinillos como para que no te entre hambre en el trayecto, sin embargo, sin haber llegado a Despeñaperros ya serías capaz de comerte otra piara.
4. Lleva la música y te la canta. Ella lleva un pen con 5 horas de canciones y otro por si estropea el primero. Tú te conformabas con sintonizar Radiolé, la única emisora que se escucha cuando estás en mitad de ninguna parte. Ain’t no mountain high enough.
5. Controla el dinero y gestiona el bote para que no os gastéis el presupuesto en la tienda de souvenirs.
6. Te hace coaching. Tips para controlar tu estrés y que no te bajes para liarte a palos con el primer conductor kamikace que se te cruce.
7. No se duerme. Los amigos son esos que te buscan la canción que te gusta entre las 458 que tiene el pen en lugar de deleitarte con la bso de sus ronquidos.
8. Te avisa de la salida antes de que te la saltes. la frase “Era esa salida” ha roto más amistades que los Madrid-Barça.
9. Da conversación a los desconocidos que os acompañan. Lo de compartir coche para ahorrarte unas pelas es una lotería; te puede salir bien o te puede tocar con personas taciturnas.
10. Escucha por décima vez tu historia con ese tío, aunque al menos la inspiras para componer algún dramita.
Nosotros no nos lo pensaríamos dos veces para coger carretera y manta con ella. Al igual que ella no se lo pensó para hacer las maletas y acompañar a cuatro mujeres que padecieron un cáncer de mama en un viaje directo al corazón.
Malú, que se vengan ellas también a nuestro piso en la playa.
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